YO TWEETER

“Ojos y caras vemos, corazones no sabemos” recuerdo claramente cuándo fue que escuché esta afirmación y también recuerdo a la persona que la dijo y me hizo creer que le pertenecía. Con el tiempo supe que esa fue una de las muchas mentiras con las que construyó o destruyó su vida. Y con el pasar del tiempo que todo lo enseña comprendí que lo único que importa es el corazón (Por decirlo de alguna manera) de las personas. Su interior, su esencia, su pensamiento en fin que lo externo es sólo la envoltura de un regalo que rompemos con ilusión queriendo descubrir si lo que hay adentro es lo que esperábamos o no. Y a veces por supuesto nos desilusionamos de los amores, amigos, compañeros de trabajo, parientes y a veces hasta de los hijos con la diferencia que si un regalo no nos gusta lo podemos desechar y con las personas tenemos que aprender a convivir aunque con el tiempo también aprendemos a decantar y a solamente rodearnos de aquellas personas que nos hacen bien.
Este largo preámbulo es solo para decirles queridos amigos twiteros que aunque no los haya visto nunca, los aprecio mucho y agradezco los momentos divertidos que pasamos juntos. Hay quienes me mantienen informada, otros que me hacen reír y acompañan, estan los que me ayudan y otros que consideran que mis comentarios son interesantes. Son de diferentes partes del mundo Argentina, Chile, Brasil, Estados Unidos, Alemania y por supuesto Perú.


Hay quienes consideran que uno no debe usar el tweeter como chat pero pienso que cada uno y cada uno sabrá cómo utilizarlo y de qué manera le es más útil. Yo confieso que nunca pensé que alguna vez podría mantener una conversación corta o larga con alguien a quien no puedo ver ni escuchar. Nunca había chateado con nadie y habría apostado que nunca lo haría. Sin embargo aquí me tienen feliz siguiendo a más de doscientas personas que no conozco y permitiendo que me sigan más de cuatrocientas. Tengo una forma de decidir a quién sigo y a quién no. A veces me guío del #FF pero casi siempre por la biografía. No me agrada enterarme de que alguien cree que me puede seguir pero que después yo tengo que pedirle permiso para hacerlo. Y tampoco me gusta mucho que no digan algo en su bio.
No sé exactamente cómo es que se formó el grupo de personas con las que estamos en constante comunicación pero lo que sí sé es que su corazón y su esencia y su pensamiento es parecido al mío porque sino no hubiese podido establecer la comunicación que hemos logrado. Gracias a todos por eso. No soy adicta pero cuando no sé de ustedes los extraño y me da una especie de tembladera que no comprendo. :-)
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